El gobierno la llama ley de economía sostenible, el pueblo la llama la ley sinde. La ley que trataba de limitar las descargas de Internet, con medidas como el cierre de webs y la supresión de cuentas de acceso a la red ha recorrido un pedregoso camino este año. Tras varios meses de retraso, la oposición del resto de los grupos parlamentarios y la presión del gobierno de Estados Unidos para que fuera aprobada, el texto no ha conseguido esta tarde los apoyos necesarios en el congreso de los diputados (20 votos frente a 18), y será renegociada de nuevo en el senado.
El PNV afirmó que «está profundamente en contra», ICV, pidió que se retire «la ley de la patada en el módem», ERC la calificó de «chapuza de Pepe Gotera y Otilio» y que «responde a la presión del lobby de la industria cinematográfica estadounidense como ha revelado Wikileaks al que se ha prestado el Gobierno».
Convergència i Unió (CiU), con menos principios y más pragmatismo, hubiera sido el apoyo buscado por el gobierno, pero exigia a cambio el apoyo de 200 enmiendas que nada tenían que ver ni con Internet ni con la ley (fiscalidad de vivienda, transporte, seguros, biotecnológicas, fiscalidad nucleares y otras)
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo