Esperanza hoy nos ha dicho que reflexionemos sobre lo que cuesta la educación a partir de los 16 años.
Yo eso ya hace tiempo que lo reflexioné. Cuesta mucho y creo que muchas veces despilfarramos demasiado.
Pero evitar despilfarros no significa disminuir el número de profesores, cuando el número de alumnos aumenta, obligando a los profesores a tener que impartir asignaturas para las que no son especialistas. Tampoco significa suprimir tutorías y asignaturas optativas.
Evitar despilfarros, por ejemplo, es no tener esos aires de grandeza de la señora Aguirre con sus centros de alto rendimiento para alumnos buenísimos o no llenar las aulas de ordenadores que no se usan porque ahora lo que se lleva son los centros TIC (¡la Junta de Andalucía en esto es una experta!). Tecnología de la información y la comunicación no significa tener un ordenador para cada alumno pagado con dinero público. Potenciar una enseñanza de calidad y motivar a los alumnos buenos no significa construir edificios inteligentes en los que se adiestrará a los más inteligentes, para hacer de ellos una élite con la esperanza de que levanten el país.
El principal potencial es humano. Profesores motivados, que pueden enseñar a grupos reducidos hacen posible una educación de calidad.
Padres, madres y alumnos conscientes de la importancia de la enseñanza obligatoria y de que hacer un bachillerato e ir a la universidad es una opción sólo si se desea seguir estudiando, no como ritual impuesto por la sociedad, hacen posible una educación de calidad.
Personal público motivado, encargado del buen funcionamiento de los centros: limpieza, mantenimiento, comedores, aula matinal, actividades extraescolares, … hacen posible una educación de calidad.
Por su parte Cospedal también ha opinado sobre la marea verde: «Es una tremenda irresponsabilidad protestar por tener dos horas lectivas más a la semana». Sin recordar sus sueldos, lo que es una irresponsabilidad es que no se entere de las razones de estas movilizaciones y continúe con el argumento de desprestigio a los profesores acusándolos de vagos, insolidarios e irresponsables.