Al principio sonaba como algo muy alternativo, ‘indie’, casi como una respuesta a la gran industria de las licencias. Ahora la guerra de los creadores de software libre luchan por que se les reconozca como la mejor opción en la empresa.
Su propuesta es aparentemente sencilla. Crean un programa y lo liberan. A partir de ahí la empresa que lo estime oportuno puede empezar a usarlo o adaptarlo a sus necesidades tal cual está, con modificaciones que hagan ellos o los propios creadores. Pablo Gómez, presidente de Asolif (Asociaciones de Software Libre Federadas), cree que casi siempre la empresa que lo crea es la que mejor lo adapta a las necesidades de las empresas, «pero no hay coste de abandono, el cliente no está cautivo y puede irse cuando quiera. Creemos que es una forma más ética de hacer negocios».
En su empresa, Ximdex, han liberado un gestor de contenido, que cualquiera puede usar. Sin embargo, Everis es uno de sus clientes. Lo que reciben en soporte, formación en el uso de la herramienta.
La semana pasada un grupo de miembros de Asolif, asociación formada en 2008, se reunió en Madrid para mostrar sus avances. Lo hace cada seis meses, una vez en Madrid y la otra fuera. Algunas de las compañías asistentes fueron Andago, que proporciona software de gestión para ciudades, Emergia, que provee a los centros Guadalinfo, donde se da formació y acceso a la red en Andalucía, y Opentia, especializados en programas de administración y facturas.
Agustín Benito, gerente, confiesa que la crisis también les ha afectado: «Hasta 2008 el sector creció con la crisis se frenó el crecimiento pero no hemos perdido empleo». El perfil de estar empresas es bastante común. Tienen entre 5 y 8 empleados, la mayoría ingenieros.
Fuente: El País