Una empresa del MIT pretende poner fin a los vertidos de plástico con un sistema rentable que descompone el plástico convirtiéndolo en crudo, mientras que la reutilización de una parte del gas que produce se utiliza para hacerlo funcionar, convirtiendo el plástico en petróle. Este nuevo sistema primero tritura los fragmentos introduciéndolos en un reactor – que se extiende a unos 400 grados centígrados – en donde un catalizador ayuda a degradar las largas cadenas de carbono de los plásticos.
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