Los nombres de archivos en Linux (como en todos los UNIX) distinguen mayúsculas de minúsculas, esto es, son «case sensitive». Los archivos README, readme, REadme y rEadme por ejemplo son archivos distintos y por lo tanto al ser nombres distintos pueden estar en el mismo directorio.
En Linux los archivos no tienen por qué tener una extensión. La suelen tener a modo orientativo, pero no es en absoluto necesario. Linux sabe qué contiene cada archivo independientemente de cuál sea su extensión. Por comodidad, podremos llamar a todos nuestros archivos de texto con la extensión .texto, o a todos nuestros documentos con la extensión .documento, de esta manera, podremos luego agruparlos más fácilmente.
Los ficheros y directorios ocultos en Linux comienzan su nombre por un punto (.)
Los nombres de archivos o directorios pueden ser muy largos, de más de 200 caracteres, lo cual nos da bastante flexibilidad para asociar el nombre de un archivo a lo que contiene. No obstante, hay ciertos caracteres que nunca se deberían utilizar a la hora de nombrar un archivo. Uno de ellos es el espacio, nunca llamaremos a un fichero con un nombre que contenga un espacio. Tampoco son recomendados otros caracteres raros como signos de puntuación (a excepción del punto), acentos o la ñ. En algunos casos Linux ni siquiera nos permitirá usarlos. Los recomendables son las letras A-Z, a-z, los números (0-9), el punto, el guión (-) y el guión bajo (_) para nombrar un archivo. Los acentos y la ñ tampoco se recomiendan.