Gran perplejidad manifestaron ayer exponentes del Vaticano por el otorgamiento del Premio Nobel de Medicina a Robert Edwards, «padre» de le técnica de fecundación asistida.
La decisión de entregar el máximo reconocimiento en el campo de la investigación médica al profesor que, 32 años atrás, hizo nacer a la primera niña de probeta fue cuestionada por monseñor Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Pontificia Academia para la Vida.
«Personalmente ?afirmó el prelado?, habría votado por otros candidatos, como Ernest McCullock o James Till, descubridores de las células estaminales», dijo Carrasco de Paula a la agencia ANSA, y apuntó contra una técnica que creó «un mercado de ovocitos» y un «estado de confusión de las relaciones familiares» con «hijos nacidos de abuelas o madres en alquiler».
En un correo electrónico enviado a AP, Carrasco de Paula dijo, sin embargo, que no hay que menospreciar al científico británico. «Inauguró un nuevo e importante capítulo en el campo de la reproducción humana, cuyos resultados positivos son evidentes», señaló. Para el copresidente de la Asociación Ciencia y Vida, Lucio Romano, la elección del científico británico es «inaceptable». El subsecretario de Bioética, Eugenio Roccella, indicó, por su parte, que «lo que está puesto en discusión es cómo se utilizan las técnicas de fecundación asistida, no ciertamente la figura o la ciencia del Nobel Robert Edwards».
Fuente: La Nación