A propósito de nuestra reciente encuesta del mes sobre cuál es la mejor distro Linux, en los blogs de habla inglesa se ha generado todo un revuelo en base a un artículo publicado por Steven J. Vaughan-Nichols en el que argumenta que Debian ya no es la referencia que era antes en el mundo Linux.
En este post he tratado de resumir la discusión, mostrando las diferentes posturas y posiciones, todas ellas muy bien argumentadas y serias (sin los insultos y críticas sin fundamento que suelen abundar en este tipo de discusiones). Es un artículo extenso pero que vale la pena leerlo en forma completa. ¡Cuando lo termines no te olvides de compartir tu opinión con todos nosotros! |
¿Por qué Debian ya no tendría la relevancia que alguna vez tuvo?
Steven J. Vaughan-Nichols argumenta que:
«…me parece que Ubuntu, con su transición a Wayland, en reemplazo del ya antiguo servidor gráfico X, y sus esfuerzos en una nueva empresa, Unity, están lentamente transformando el escritorio Linux y asumiendo el liderazgo que alguna vez tuvo Debian. Al mismo tiempo, Ubuntu continúa expandiendo la base de usuarios de Linux, mientras que Debian sigue siendo un sistema que sólo usan los fanáticos a muerte de Debian.»
Vaughan-Nichols admite que «Debian sigue siendo importante», pero al mismo tiempo afirma que «Debian es cada vez más irrelevante (o de poco interés) para la gran mayoría de los usuarios Linux, sobre todo en relación a Ubuntu y otras distros derivadas de Debian».
La otra cara de la moneda
Seamos sinceros: Debian no se caracteriza por ser una distro muy amigable para el usuario «común». Debian siempre ha priorizado otros objetivos por sobre el desarrollo de una distro, llamémosle, «popular». En cambio, siempre hicieron énfasis en crear una distro estable, confiable, que no cuente con los últimos programas o actualizaciones pero que funcione a la perfección. Si bien en los papeles su reconocida estabilidad podría considerarse una razón válida para atraer a muchos usuarios, lo cierto es que la mayoría de nosotros, por moda o por defecto, preferimos contar las últimas aplicaciones y actualizaciones.
No obstante, si bien es cierto que algunas observaciones de Steven son muy válidas, lo son, esencialmente, desde el punto de vista del usuario de escritorio común y silvestre y no tanto desde el punto de vista de los desarrolladores o los administradores de servidores, etc. Es decir, la estabilidad de Debian, que puede no atraer a muchos usuarios de escritorio, ya que se consigue a costas de no contar con las últimas actualizaciones o aplicaciones «del momento», pueden ser un excelente motivo para motivar a los desarrolladores o administradores a elegir una distro sólida, robusta y confiable como Debian.
Teniendo esto en cuenta, podemos ver la mayor ventaja de Linux por sobre otros sistemas operativos: la libertad que nos brinda. Es decir, la relevancia de Debian, con sus pros y sus contras, dependerá de los gustos y necesidades de cada uno. Está en cada uno, entonces, quedarse con Debian o usar otra distro. Tan sólo la posibilidad de realizar esta elección ya es una ventaja por sobre Windows, por ejemplo.
A continuación, analizaremos algunas de las ideas principales de la discusión entre quienes están «a favor» y «en contra» de la afirmación de Steven respecto de la «irrelevancia» de Debian.
Sin Debian no hay Ubuntu
Es un contrasentido afirmar la irrelevancia de Debian usando a Ubuntu como ejemplo. Si estás usando Ubuntu (o Linux Mint, Mepis, etc.), en realidad estás usando Debian con algunas mejoras. De acuerdo a una presentación dada por uno de los Debian Project Leaders (DPL), Stefano Zacchiroli, sólo el 7% de Ubuntu deviene de proyectos originales de Canonical u otros proyectos no originados por Debian. Del resto, el 74% de Ubuntu son paquetes de Debian reconstruidos, y el 18% restante son paquetes de Debian parcheados, optimizados o personalizados.
Debian es la materia prima utilizada para construir Ubuntu, Linux Mint y una docena de distros Linux que tienen un aspecto más moderno y son más fáciles de usar. Sin embargo, la razón por la que Ubuntu y el resto son capaces de lanzar distros Linux «maquilladas» es porque pueden evitar hacer el «trabajo sucio» que hacen los desarrolladores de Debian. Si el proyecto Debian el día de mañana desapareciera, ello sería un golpe fatal para sus distros derivadas. Sólo basta con ver el árbol de distros Linux para darse cuenta.
Debian nunca obtuvo el crédito que le corresponde. Sí, Ubuntu puede haber conquistado a un público más amplio, incluso puede haber atraido nuevos usuarios al mundo Linux, pero fue Debian la que inspiró a Mark Shuttleworth a crear Ubuntu.
Además, no se trata de un juego de suma cero. Ubuntu puede ser cada día más popular y ello no implica necesariamente que Debian lo sea menos. Al contrario, significa que Ubuntu está siendo muy efectivo a la hora de atraer a nuevos usuarios. Seguramente, de 100 usuarios de Ubuntu son muy pocos los que han abandonado Debian para pasarse a Ubuntu. La gran mayoría, afortunadamente, viene de usar Windows.
Por último, no son sólo las distros derivadas de Debian las que se benefician de él. La comunidad Debian es de las más activas a la hora de encontrar y corregir errores en paquetes presentes en casi todas las distros, incluso el propio kernel Linux.
Comunidad, no grandes compañías
Debian nunca dependió de alcanzar en forma masiva el mercado de sistemas operativos. En la medida en que la comunidad Debian siga existiendo, Debian va a tener para largo.
Tal vez el aporte más importante de Debian a la comunidad Linux sea que no depende de una corporación económica. Si el año 2010 nos enseñó algo es que contar con una mega-corporación como sponsor puede resultar en serias incertidumbres en el mejor de los casos y la muerte del proyecto en el peor. La comunidad OpenSolaris debió sufrir la sombra de Oracle a tal punto que el proyecto terminó en la nada.
La gente de Mandriva no la pasó mucho mejor. Una compañía con serios problemas financieros que en 2010 tuvo que deshacerse de una parte considerable de sus desarrolladores. Es probable que el fork salga mejor parado, pero sus desarrolladores han tenido que aprender a fuerza de golpes el valor de la independencia.
La compra de Novell por parte de Attachmate tampoco trajo buenos resultados. Attachmate fue utilizado como un caballo de Troya por otras compañías (Microsoft, Apple, EMC y Oracle) para hacerse de gran parte de las patentes de Novell. Esto, como es obvio, generó grandes dudas sobre el destino de SUSE y openSUSE.
Debian, por su parte, siempre avanza… aunque a algunos les moleste que no lo haga con la velocidad deseada. El destino del proyecto está enteramente en las manos de su comunidad de desarrolladores que trabajan bajo un contrato social que asegura que el proyecto priorice a los usuarios y el software libre. Las decisiones no se toman en base a la necesidad de vender un producto en el mercado o del capricho de un «dictador benévolo». Es un toma y daca. Las distros patrocinadas por grandes corporaciones económicas tienden a moverse más rápido, son mucho más susceptibles a las demandas del mercado y cuentan con hojas de ruta y fechas de lanzamiento más predecibles. Todo ello, se obtiene a expensas de ceder gran parte del control del proyecto a esas corporaciones.
Debian no es sólo Linux
En contra: aquellos que gustan de juguetear instalando sistemas operativos y probar cosas nuevas, deben estar felices que Debian se pueda instalar usando FreeBSD. Claro, es un gran avance, pero que sólo será de interés para algunos geeks.
A favor: El hecho de que Debian soporte FreeBSD probablemente sea más valorado cuando éste último sea más popular, pero aún ahora tiene algunas ventajas respecto de la versión Linux, como el soporte para el sistema de archivos ZFS.
Debian puede no ser la distro Linux más lograda visualmente, y puede ser que sus paquetes no sean los más actualizados, pero ofrece algunas características que otras distros no incluyen. Por ejemplo, el soporte para muchas arquitecturas: PowerPC, PA-RISC, y máquinas basadas en MIPS.
Debian es libre
En contra: a partir de Squeeze, Debian no incluirá los firmwares propietarios que venían dentro del kernel Linux. Siguen estando disponibles para su instalación e incorporación en caso de ser necesario, pero fueron removidos por defecto y aislados en un repositorio «no-libre» de modo que se los pueda identificar y diferenciar del resto de los repositorios más fácilmente.
Ello puede resultar muy atractivo o importante para los extremistas seguidores de Richard Stallman, pero para gran parte de los usuarios de escritorio simplemente se convertirá en una molestia ya que no podrán usar su tarjeta wifi correctamente ni podrán sacarle todo el jugo a su tarjeta de video, etc.
Al hacer esto, Debian está satisfaciendo a sus seguidores «extremistas» y no está pensando en la posibilidad de hacer las cosas fáciles para sumar nuevos usuarios.
A favor: con la remoción de todos los firmwares propietarios, Debian estaría siendo fiel a su contrato social y su compromiso con el software libre, otorgando a los usuarios todos los beneficios que un sistema completamente libre otorga.
Fuentes: Network World & Server Watch & ZDNet: Linux & Open Source