El traje, cuyo diseño costó alrededor de 100 mil dólares, fue creado hace cuatro años por el ingeniero argentino Pablo de León, director del Laboratorio de Vuelos Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte (EE.UU.), quien fue el encargado de comenzar a ponerlo en práctica este lunes en la base argentina Marambio.
«Es la primera vez que se lleva un traje espacial a la Antártida. Por la esterilidad de las muestras y otras características, como la temperatura, por ejemplo, consideramos que la Antártida es similar a lo que podrían encontrar los astronautas que viajen a Marte», señaló De León al diario La Nación.
La elección de la base argentina responde a que, «a diferencia de otras bases antárticas, el acceso al suelo y el permafrost (suelo permanentemente helado) es directo. Además, por su ubicación, es uno de los lugares menos manipulados por el ser humano. Hay sitios en los que se pueden tomar muestras que están desde hace millones de años sin contaminación humana», precisó.
El traje cuenta con un «nuevo sistema térmico para regular a voluntad la temperatura de los guantes, las botas y la parte que cubre el tórax; un sistema de agarre para evitar caídas, y una nueva mochila que presuriza el interior», explicó De León.
El ingeniero llegó el pasado viernes a la base Marambio junto a los científicos estadounidenses Jon Rask y Margarita Marinova con los 350 kilos de materiales enviados por la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio, por su sigla en inglés) para la misión, posible gracias a un convenio con el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial de la Fuerza Aérea Argentina.
No obstante, las malas condiciones climatológicas les impidieron arrancar sus tareas hasta el pasado lunes, cuando empezaron a recolectar muestras y a realizar perforaciones.
La NASA ha elegido en los últimos años varios diseños del equipo que dirige De León para futuras misiones espaciales.
El de mayor envergadura es un vehículo que el argentino creó para viajar a la Luna, elegido por la NASA para que sus misiones puedan permanecer seis meses en el ambiente lunar, lo que está previsto para antes de 2020.
Vía: La Flecha