Este es un caso curioso, que representa cómo los distintos sistemas operativos acceden a los discos duros, en función del formato que éstos tengan.
Ha llegado a mis manos un disco duro, formateado en NTFS, el cúal conectado a cualquier ordeador con sistema operativo Windows, daba fallo y obligaba a que se formatease para poder ser reconocido. Es decir, Windows detectaba el disco como un disco sin particiones.
Tras chequear el disco y ver que no tenía ninun fallo físico, parecía claro que entoces el problema racicaba en datos erróneos (quizás por culpa de algún virus) en el zero sector, que impedía a Windows leer correctamente la tabla de partición del disco.
Como era necesario recuperar los datos del disco, se optó por intentar la posibilidad de leer el disco mediante un LINUX live CD, y funcionó. LINUX no sólo reconocía el dispositivo, sino que además permitió la copia de todos los datos a otro disco.
Una vez salvados los datos, se volvió a formatear el disco en NTFS y a recopiar los datos sobre él, quedando así solucionado el problema.