Ahora vamos a la parte de atrás de la Catedral y buscamos la
calle Montcada. Nada más entrar por esta calle, encontraremos a la derecha
la calle más estrecha de Barcelona, que se encuentra cerrada con una verja en la actualidad:
Lo siguiente que encontraremos a mano derecha será la Euskal Etxea, y justo después, también a mano derecha, entramos por un estrecho callejón.
Siguiendo el callejón daremos la vuelta a la manzana y así llegaremos a una antigua chimenea. Es la antigua fábrica de moneda de Barcelona.
En esta imagen vemos la parte trasera de la Catedral (abajo en la imagen), la posición de la Euskal Etxea, la entrada al Centro Cultural Euskal Etxea y la chimenea (arriba en la imagen):
Aquí vemos la chimenea:
Ahora en lugar de fabricar monedas, en estas instalaciones se encuentra la Sociedad Gastronómica Euskalzaleak que por dentro debe estar ambientada con imágenes de los caseríos vascos (no había nadie y no pude entrar 🙁
En esta dirección hay más información de la Sociedad y de la fábrica de moneda:
He recogido este interesante texto de ese blog (coreuskalhiria): «Se trata de la antigua Ceca (palabra de origen árabe que indica el lugar donde se acuñan monedas) medieval de Barcelona, «Cap i Casal de Catalunya» la cual estuvo en funcionamiento desde el siglo XIV hasta finales del siglo XIX, con intervalos de descanso forzoso.
La historia de la misma aún está por escribir pero por sus puertas han entrado y salido miles y miles de monedas, desde los croats y los diners hasta los florins; y desde las monedas de la Guerra de los Segadors hasta las monedas de Barcelona, de la guerra napoleónica. Y más: Isabel II la hizo reconstruir, en la puerta central aún se ve el escudo de la reina. Pero, poco a poco, la política de centralizar las acuñaciones en la Ceca de Madrid, hace caer en el olvido la magnífica fábrica que aún se yergue majestuosa a pesar de las severas heridas recibidas.
La encontramos en la misma calle actual de la Seca (ceca) y ocupa toda una manzana. Flanqueada por la calle de las Mosques (moscas), Flassaders (fabricantes de mantas) y Cirera (cereza), aún mantiene el aroma de un tiempo que, a pesar de los cambios, aún perdura».