Aunque en los últimos diez años no he salido ha pescar demasiado, he aprovechado estos dos últimos veranos para salir algunas tardes por la costa mediterránea, en Benicassim. Hablando con otros pescadores y con los dueños de tiendas de artículos de pesca sobre la bajada de las capturas , vinculadas casi siempre a los pescadores profesionales, me ha venido a la cabeza ciertos recuerdos de la costa de Huelva, donde empecé con este deporte y de como en pocos años, gracias a la nefasta labor de lo pescadores profesionales, quedó convertido en un desierto. Tengo recuerdos de como los arrastreros faenaban a pocos cientos de metros de la orilla, de como se metían trasmallos en la costa de la misma manera o como en la ría del Piedras, en el propio muelle pesquero, podías encontrate palangres calados. Lo más triste es que me comentan, que comparado con la costa de Huelva, me dicen que se captura mucho menos…
Siguiendo con este mismo tema, leyendo el libro de la pesca de la lubina al curricán, y en él el autor nos hace una advertencia sobre airar en demasia los buenos días de capturas, sino queremos encontrarnos al día siguente la zona totalmente cubierta de trasmallos, y destroce la zona. Con razón me contaban hace años que la gente que de verdad pesca los grandes robalo (lubinas) en la costa, no cuenta ni mu sobre las zonas de sus capturas.
Y si alguien tiene curiosidad, que vea lo que ha pasado con la chirla en el Golfo de Cádiz y las dragas hidráulicas para su captura, por hablar de algunas noticias recientes que he estado siguiendo sobre este tema y o de las dos toneladas de chirla y coquina decomisadas por no cumplir la tara mínima.
Eso sí, luego a pedir subvenciones para los barcos, que la vida en la mar es muy dura y que no hay capturas.
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