Estamos profundamente decepcionados. Nosotros hemos discutido antes por qué EME y otras propuestas multimedia protegidos son diferentes de otras normas. Con la aprobación de esta idea, el W3C ha cedido el control del «agente de usuario» (el término para un navegador Web en el W3C jerga) a un tercero, el distribuidor de contenido. Eso rompe una, tal vez hasta ahora tácita seguridad en quién tiene la última palabra en su experiencia en la Web, y de hecho que tiene el control absoluto sobre su dispositivo de computación.
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