Mientras que las empresas del sector privado se han adoptando traer su propio dispositivo de una manera grande y encontrar maneras de hacer frente a los problemas de seguridad alrededor de la protección de datos de las empresas, los gobiernos son más reacios a adoptar esta política. ¿Tienen razón para tratar de controlar los teléfonos de los trabajadores del gobierno o deben unirse a la ola BYOD también?
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