Los seres humanos necesitamos jugar, el juego es necesario desde nuestra más tierna infancia, gracias al juego aprendemos y adquirimos las habilidades necesarias que luego vamos a poner en práctica cuando somos seres adultos. Es fácil recordar el tiempo en el practicábamos algún deporte como fútbol, baloncesto, o incluso mucho antes jugábamos al «pilla-pilla», torito en alto, la madre de los peligros o el escondite; el juego por definición tiene que ser una cosa divertida donde el tiempo invertido parece esfumarse tan deprisa, que la percepción del mismo no es igual a la que cuando realizamos otras tareas.
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